La regla de las 3 R’s

La regla de las 3 R’s es uno de los primeros conceptos y sistemas que se promueven en el estudio para la preservación del medio ambiente. Esta fue propuesta por el primer ministro de Japón, Koizumi Junichiro, y por la organización no gubernamental de Greenpeace en la cumbre del G8 en junio del 2004, bajo la búsqueda de “construir una sociedad orientada hacia el reciclaje” (Gallo, 2023). Esta iniciativa busca aumentar la participación ciudadana en la resolución de problemas sobre el medio ambiente, promoviendo a que cada individuo tenga mayor control y responsabilidad sobre los residuos y basura que generan en el posconsumo (La, 2021).

A pesar de que el estudio básico sobre la conservación del medio ambiente impartido por el plan nacional del Mineduc para la educación primaria sea limitado, en este se propone el uso del reciclaje como principal solución para los problemas ambientales (Mineduc, 2008). Al igual, dentro de la misma cultura guatemalteca, se utiliza constantemente otra de las R’s establecidas en la regla, siendo esta la de reutilizar, al ser una sociedad que hace uso frecuente del downcycling como solución para gran parte de los desechos sólidos encontrados en los hogares guatemaltecos, como lo es la transformación de ropa a paños limpiadores o empaques de productos a envases de comida.

Sin embargo, ofrecer solo 3 soluciones, como las de reducir, reutilizar y reciclar, a las personas para la participación ambiental resulta limitante al considerar que la degradación del medio ambiente es un problema de gravedad que se desarrolla exponencialmente. Por lo que conocer sobre otras herramientas que tengan como propósito la obtención de un futuro sostenible mediante la mejora ambiental es de suma importancia.

Sumándose a las 3 reglas ya vistas, se unen otras 10, propuestas como bases de la economía circular y Walter Pardavé Livia (Livia, 2007), que amplían y permiten mayor acción hacia la sociedad que se desea, no solo desde el punto del consumidor, sino que desde el diseño y la fabricación. Estas nuevas herramientas son: Reordenar, Remanufacturar, Rediseñar, Reparar, Renovar, Recuperar, Rechazar, Repensar, Revalorizar y Recompensar.

Comenzando con el Reordenar, el cual consiste en cobrar junto al costo de producción el daño y “valor” medioambiental que se está realizando para la fabricación del producto, en este se busca responsabilizar a los productores, distribuidores y consumidores del producto.

Continuando con Remanufacturar, el cual consiste en cambiar procesos y métodos de fabricación, junto con el avance tecnológico, para desarrollar el producto de una manera menos prejudicial para el ambiente.

Rediseñar propone en volver a idear los productos para facilitar su vida dentro del ciclo del consumo y hacerlos menos dañinos, dándole características como la manera de desecho, utilidad o durabilidad para hacerlos más sostenibles.

Reparar junto al mantenimiento constante, evita al consumo innecesario de productos nuevos, permitiendo que, en caso de algún malfuncionamiento, se pueda arreglar el producto al remplazar la pieza o modificarlo para alargar su vida útil.

Renovar permite que los productos fabricados tengan mayores funciones y que al renovar las tecnologías utilizadas para su manufactura, se utilice un proceso que no dañe al ambiente.

Recuperar trata de darle una nueva vida a los productos o cosas que ya se consideraban desechos, pero a diferencia de la regla de renovar, este no limita a recuperar todo el producto para su finalidad original, sino que permite utilizar algunas de las piezas para otros usos (Twenergy, 2020).

Otra de las reglas indica la necesidad de Rechazar todos aquellos productos o acciones que tengan gran impacto en el ambiente, eligiendo mejores alternativas que cumplan el mismo objetivo (Pipa, 2018).

Repensar incita a que el consumidor se informe más sobre la producción de las cosas, sus materiales y procedencia para que, en base a esto, se realicen mejores decisiones de consumo (Pipa, 2018).

Revalorizar, como recuperar, reutilizar y rechazar, trata de buscarle una nueva utilidad a algún producto, evitando que se convierta en desecho.

Finalmente, Recompensar busca que, como sociedad, se realicen acciones que compensen al ambiente por los daños provocados a lo largo del tiempo o por el consumo realizado de productos (INERCO, 2019).

El conocimiento de estas nuevas herramientas permite que, como ciudadanos, incluyendo consumidores, productores y distribuidores, se tomen mejores decisiones que preserven el bienestar del ambiente.

 


Bibliografía:

‌Compensación ambiental: ¿en qué consiste? – Caso real en Colombia - Claves para el Desarrollo Sostenible. (2019, octubre 4). Claves Para El Desarrollo Sostenible. https://www.inerco.com/blog/compensacion-ambiental/#:~:text=La%20compensaci%C3%B3n%20ambiental%20consiste%20en,desarrollo%20de%20infraestructuras%2C%20entre%20otras.

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