Greenwashing

El greenwashing (o también llamado Eco blanqueo) es una técnica utilizada por las corporaciones con la intención de proyectar una imagen a favor del medio ambiente, en específico si la marca está asociada a la fabricación de productos contaminantes o el perjuicio directo del ambiente, buscando “mejorar su imagen pública y vender más” (OVACEN, 2021). Estas técnicas venden una idea poco concreta sobre acciones tomadas que buscan “mejorar la situación ambiental” utilizando juegos de palabras, al afirmar cosas que son obvias o innecesarias de mencionar, sin emplear soluciones realmente significativas y sostenibles que creen un cambio verdadero.

Sin embargo, el greenwashing no se limita a solo confundir al mercado con sus afirmaciones poco claras y sin profundidad, el autor Richard Dahl (2010) presenta lo que él llama los “7 pecados del greenwashing”, los cuales son: La compensación oculta, en donde se busca resaltar una propiedad del producto que es presentada como “sostenible” o “eco amigable”, mientras se oculta el resto del proceso o materiales que son nocivos con el ambiente; No tener pruebas de lo afirmado, en donde se aprovechan de la falta de capacidad de comprobar la información y la afirman como verdadera; Dar información vaga, que busca generalizar temas con la intención de confundir o no llegar a un punto concreto; Dar datos irrelevantes, en donde se afirma información real pero que no prueba nada importante (como decir que no contiene un ingrediente que ya esté prohibido); Colocar etiquetas falsas que alimentan a una desinformación o se aprovecha los “pecados” anteriormente mencionados pero lo expresa de una manera gráfica, como utilizar el color verde o colocar la palabra “eco”; Ayudar a un mal menor, haciendo que la empresa pueda utilizar una pequeña acción buena como permiso para ignorar problemas mayores o sistemáticos; Y mentir, en donde directamente se engaña al público y se aprovecha la desinformación creada para mantener una buena imagen.

Todas estas buscan aprovecharse de la tendencia actual en la que se busca la mejora del ambiente, ser ambiguos en su posición real ante la naturaleza mientras no pierden los beneficios de sus acciones repercusivas con el planeta.  Algunos de los ejemplos vistos en la actualidad se dan en la industria textil, utilizando un etiquetado en donde se remarca que el producto está elaborado con materiales “naturales” o con “menor cantidad de agua”, pero se ignora las condiciones en las que fueron fabricadas (explotación en maquilas) o la contaminación causada en cuerpos de agua por tintes químicos o Decir que un producto “no es testeado en animales”,  aunque una gran cantidad de países prohíban esta práctica, entre ellos la unión europea, reino unido, nueva Zelanda, Chile y Colombia (Prieto, 2022).

El eco blanqueo es un problema que repercute directamente al ambiente y a la poca acción que se toma por mejoralo, ya que, con la desinformación creada, hace que el mercado se influya a comprar un producto con la intención de ser menos dañinos con el ambiente o buscar un beneficio propio, aunque este no haga gran cambio para construir una sociedad sostenible a comparación del producto original o el resto de estos en el mercado. Al igual se busca individualizar la culpa del estado ambiental a los consumidores mientras que gran parte del daño actual ha sido y sigue siendo causado por los productores mismos, creando dificultades para tener una conversación real que conlleve a acciones concretas por la mejora del ambiente. Las empresas buscan estar los menos involucrados en una proyección mala, por lo que se culpa al consumidor no solo por comprar el producto, sino de no consumir la alternativa “ecológica” que no causa un cambio significativo, mientras se sigue sin ofrecer una opción realmente sostenible y que sea viable para los consumidores.

Como sociedad y parte del mercado consumidor, se debe de incitar a investigar sobre la realidad  de los productos que son utilizados en el día a día, cuestionando su origen, producción y distribución a las empresas que lo fabrican y exigir su asunción de responsabilidades para que se generen acciones verdaderas y concretas por la mejora ambiental, rechazando todo tipo de intento por blanquear una imagen de empresas que solo busca aumentar ventas y que su proyección verde no es más que una estrategia de marketing para engañar a la población.


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